Es como si todos contaran una historia sobre sí mismos dentro de su propia cabeza. Siempre. Todo el tiempo. Esa historia te convierte en lo que eres. Nos construimos a partir de esa historia.
Si la historia se enseñara en forma de historias, nunca se olvidaría.
Una historia no tiene principio ni fin: arbitrariamente se elige ese momento de la experiencia desde el que mirar hacia atrás o desde el que mirar hacia adelante.