Kahlil Gibran frases
Los árboles son poemas que la tierra escribe en el cielo, los derribamos y los convertimos en papel, para que registremos nuestro vacío.
Te amo cuando te inclinas en tu mezquita, te arrodillas en tu templo, rezas en tu iglesia. Porque tú y yo somos hijos de una religión, y es el espíritu.
Para comprender el corazón y la mente de una persona, no mire lo que ya ha logrado, sino a lo que aspira.
La ternura y la bondad no son signos de debilidad y desesperación, sino manifestaciones de fuerza y resolución.
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Del sufrimiento han surgido las almas más fuertes; los personajes más masivos están marcados con cicatrices.
Cuando estés triste, vuelve a mirar en tu corazón, y verás que en verdad estás llorando por lo que ha sido tu deleite.
Ignoro la verdad absoluta. Pero soy humilde ante mi ignorancia y en eso radica mi honor y mi recompensa.
Lo intemporal en ti es consciente de la intemporalidad de la vida. Y sabe que el ayer no es más que el recuerdo de hoy y el mañana es el sueño de hoy.
Porque, ¿qué es morir sino estar desnudo en el viento y fundirse con el sol? Y cuando la tierra reclame tus miembros, entonces bailarás de verdad.
He encontrado libertad y seguridad en mi locura; la libertad de la soledad y la seguridad de ser comprendidos, porque quienes nos comprenden esclavizan algo en nosotros.
La música es el lenguaje del espíritu. Abre el secreto de la vida, trayendo paz, aboliendo la contienda.
Ninguna relación humana da una posesión a otra; cada dos almas son absolutamente diferentes. En la amistad o en el amor, los dos juntos levantan la mano para encontrar lo que uno no puede alcanzar solo.
Algún día me preguntarás qué es más importante? ¿Mi vida o la tuya? Diré la mía y te irás sin saber que eres mi vida.
Cuando te separas de tu amigo, no te afliges; Porque lo que más amas de él puede ser más claro en su ausencia, como la montaña para el escalador es más clara que la llanura.
La soledad tiene manos suaves y sedosas, pero con dedos fuertes agarra el corazón y lo hace doler de dolor.
La apariencia de las cosas cambia según las emociones; y así vemos magia y belleza en ellos, mientras que la magia y la belleza están realmente en nosotros.
Aléjame de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.