Soledad frases
A medida que simplifique su vida, las leyes del universo serán más simples; la soledad no será soledad, la pobreza no será pobreza, ni la debilidad será debilidad.
Mi soledad no depende de la presencia o ausencia de personas; al contrario, odio a quien roba mi soledad sin, a cambio, ofrecerme verdadera compañía.
Saber ser solitario es fundamental para el arte de amar. Cuando podemos estar solos, podemos estar con otros sin usarlos como medio de escape.
Prefiero sentarme en una calabaza y tenerlo todo para mí, que estar apiñado en un cojín de terciopelo.
Vivimos, de hecho, en un mundo hambriento de soledad, silencio y privacidad: y por lo tanto hambriento de meditación y verdadera amistad.
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Guarda bien tus momentos libres. Son como diamantes en bruto. Deséchelos y nunca se sabrá su valor. Mejórelos y se convertirán en las gemas más brillantes de una vida útil.
Un hombre puede ser él mismo sólo mientras esté solo; y si no ama la soledad, no amará la libertad; porque sólo cuando está solo es realmente libre.
Haz que tu ego sea poroso. La voluntad tiene poca importancia, quejarse no es nada, la fama no es nada. Apertura, paciencia, receptividad, soledad lo es todo.
A veces me sumerjo tanto en mi propia compañía, que si inesperadamente me encuentro con alguien que conozco, es un poco impactante y me toma un tiempo adaptarme.
Sostengo que esta es la tarea más alta de un vínculo entre dos personas: que cada uno debe vigilar la soledad del otro.
Las personas solitarias tienden, más bien, a sentirse solas porque se niegan a soportar los costos psíquicos de estar cerca de otros humanos. Son alérgicos a las personas. La gente los afecta con demasiada fuerza.
La soledad tiene manos suaves y sedosas, pero con dedos fuertes agarra el corazón y lo hace doler de dolor.
Necesito soledad para escribir; no "como un ermitaño", eso no sería suficiente, sino como un hombre muerto.
Un poeta es un ruiseñor que se sienta en la oscuridad y canta para alegrar su propia soledad con dulces sonidos.
La ansiedad persistente e inespecífica es el resultado de querer tanto, hablar tanto y hacer tanto que pierdes el contacto con las tranquilas alegrías de la soledad