Cuando te levantes por la mañana, piensa en el precioso privilegio que es estar vivo, respirar, pensar, disfrutar, amar, ¡y luego haz que ese día cuente!
El problema del matrimonio es que termina todas las noches después de hacer el amor y debe reconstruirse cada mañana antes del desayuno.
Descansa, pero nunca te rindas. Incluso el sol tiene un hechizo de hundimiento cada noche. Pero siempre se levanta a la mañana siguiente. Al amanecer, cada alma nace de nuevo.