He llegado a creer una y otra vez que lo que es más importante para mí debe ser hablado, verbalizado y compartido, incluso a riesgo de que lo lastime o lo malinterprete.
Aquel que comprende la magnitud de su ignorancia, se convierte en un buscador. Un buscador, a diferencia de un creyente, nunca puede estar en conflicto con nadie.