Ningún hombre, durante un período considerable, puede llevar un rostro para sí mismo y otro para la multitud, sin finalmente desconcertarse sobre cuál puede ser la verdadera.
La gente sigue casándose porque no puede resistir las fuerzas naturales, aunque muchos de ellos pueden saber perfectamente bien que posiblemente están comprando el placer de un mes con la incomodidad de la vida.
El cerebro humano es un órgano complejo con el maravilloso poder de permitir al hombre encontrar razones para seguir creyendo lo que sea que quiera creer.
A través del orgullo, siempre nos engañamos a nosotros mismos. Pero en el fondo, debajo de la superficie de la conciencia promedio, una voz suave y apacible nos dice, algo está desafinado.
Se puede invertir mucha inteligencia en la ignorancia cuando la necesidad de ilusión es profunda.